Grupo emocional V:
Hipersensibilidad a influencias y opiniones.
(Ilex aqyuifolium)
Descripción del Dr. Bach:
“Para aquellos a los que a veces les asaltan pensamientos de celos, envidia, venganza, sospecha. Para las diferentes formas de vejación. Dentro de sí mismos pueden sufrir mucho, a menudo cuando no hay una causa real para su infelicidad. – Los Doce curadores y otros remedios. “
En inglés su nombre es parónimo de holy (santo) y en los países anglosajones sus ramas decorativas adornan las mesas navideñas como símbolo del renacimiento de la conciencia de Cristo en nuestro corazón. Esto no es una casualidad. La esencia de flores de Holly representa el principio del amor divino universal que mantiene a este mundo y es infinitamente más grande que la razón humana.
Este amor o suprema cualidad energética, a través de la cual, y en la cual vivimos, es como la fronda para un árbol, nuestro verdadero elixir de la vida, el mayor poder curativo, la fuerza impelente más intensa, la eterna verdad, la conciencia de la unidad, lo positivo en sí. Por esta razón, en el abanico de las treinta y ocho flores de Bach, Holly ocupa un lugar preponderante.
Donde ésta intensa fuerza del amor no puede ser aceptada, se trueca en lo contrario: la negación, la separación y el odio. Esta es la causa más profunda de los demás sucesos negativos de la vida. Cada uno de los que vivimos en esta Tierra, tarde o temprano, consciente o inconscientemente, tiene que entenderse en su vida con este tema central de la Humanidad.
Debido a que el amor es una fuerza tan poderosa, su lado oscuro se manifiesta también en poderosos e intensos sentimientos: celos, venganza, odio, envidia, rivalidad, gozo con el mal ajeno. Estos sentimientos, de los que ningún individuo de esta Tierra puede estar exento, se manifiestan notoriamente o bien transcurren más en el plano inconsciente. Entonces pueden convertirse en el fundamento emocional sobre el cual se originan.
VIRTUD
Edward Bach dice: «Holly nos protege de todo lo que no es amor. Holly abre el corazón y nos comunica con el amor divino». Empezamos a intuir de dónde venimos, adónde pertenecemos y que todos somos hijos del amor. Holly nos ayuda a vivir siempre en el estado del amor, en ese estado de la belleza, la solemnidad y la realización en el que somos un corazón y un alma con el mundo y podemos conocer y reconocer todo en el orden natural dado por Dios; en el que podemos alegrarnos sin envidia del éxito del otro, aunque nosotros mismos estemos en dificultades.